¡Vargamenseñó! Rubén ya tiene 6 meses y solo se alimenta de leche materna, soy la peor madre del mundo, y eso me pasa por respetar los tiempos...
No voy a ser yo la que os explique por qué es recomendable alimentar única y exclusivamente de leche (ya sea materna o de fórmula) a un bebé menor de 6 meses, ¡ni más faltaba! eso lo dejo para mis queridos y admirados pediatras (¡ojo! los de vocación).
Cuando Rubén cumplío 4 meses, ya mi querida suegra tópico-típica empezó a hacerme sus recomendaciones 100% no-demostradas sobre la introducción de alimentos a mi bebé. Ella, en su amplia sabiduría "de toda la vida" me aconsejaba empezar con la fruta, ya que de todos es sabido, que los bebés son seres raros e inespecíficos, como extraterrestres, que necesitan "habituar" su cuerpo a las costumbres de nosotros, los humanos, y por ello es necesario "ir acostumbrando" el estómago del bebé al nuevo tipo de alimentación que va a recibir a lo largo de su vida. Ya os imaginaréis la atención que le presté.
La realidad fue otra, Rubén empezó a mostrar un pronto interés por la comida, esto no significa que quisiera comérsela, ni mucho menos, lo único que le interesaba de la comida era, como a todo bebé al que le ponen algo nuevo, jugar con ella. Por supuesto, yo como individuo curioso y de mente inquieta por naturaleza, ya había investigado y averiguado todo lo que había que saber sobre los métodos de alimentación complementaria, no solo a nivel nacional, sino a nivel mundial, para asentar mis propias teorías en base a esta materia. Aunque el sistema BLW me parecía el más adecuado, como toda madre primeriza yo también tenía mis miedos y mis inseguridades de madre, y la primera comida que recibió Rubén fue triturada, por supuesto, a los 6 meses.
Esa comida terminó en el estómago de Reo, ya os digo que a día de hoy, Rubén sigue sin tolerar bien las papillas. En esta tesitura decidí adaptarme y vencer mis miedos accediendo a dar comida en trozos, pero también fue un fracaso total, pues seguía sin querer comer y yo alimentaba mis miedos de "mi niño no me come" todo el rato, sintiéndome mal porque mi hijo iba a morir desnutrido.
Ya sabéis que soy una dramas y como veréis en instagram, Rubén a día de hoy se come lo que le echen. Empezó a comer de manera autónoma (eso no significa bien) a los 7 meses y medio, cantidades muy pequeñas y siendo la teta su fuente de alimentación principal.
Y es que (y ahora entramos en materia) sobre el tema de la alimentación en bebés tampoco se habla, el mundo de la maternidad parece tan tabú, que las únicas que se atreven a aconsejar y derrochar sabiduría son las abuelas, por lo que, no es de extrañar que a día de hoy sigamos teniendo tan arraigadas esas creencias "de toda la vida". El caso es que según su pediatra del centro de salud, Rubén debía comer papilla, introduciendo un alimento nuevo por semana, en un orden que ella me había dado y que debía seguir a rajatabla, con sus horarios y todo. Personalmente nunca me vi capacitada para cumplir ese menú, y es que, ni en el ejército son tan estrictos con las comidas.
El mundo de la alimentación va mucho más allá de las papillas de frutas y vegetales, en los que introducimos pollo y ternera en cantidades casi indetectables, y vamos dando el huevo por partes hasta casi el año. El mundo de la alimentación infantil va mucho más allá del "mi primer danone" o las leches de continuación "Puleva más" porque los niños se vuelven verdaderos Gremlins con la leche de vaca... Hay más.
A día de hoy os contaré que Rubén no sabe lo que es un potito, no ha probado "su primer danone" ni las leches Pulevacaca, por supuesto no hablemos de los cereales hidrolizados que ninguna diferencia tienen con dar una bolsa de caramelos (y yo creo que se los comería mejor). Creo, que independientemente de la manera en la que introduzcamos alimentos a nuestros bebés, el problema no viene de ahí, sino de la poca información y la mucha (in)cultura sobre alimentación que tenemos en este país.
A mí, me parece verdaderamente terrible que para merendar ofrezcan a Rubén dulces y chocolates antes que un plátano, o que inlcuso me digan que cierto tipo de bollería o lácteos tengan "mucho alimento" para nuestros hijos. Nunca un puleva de chocolate tendrá el mismo aporte nutricional que un plátano o cualquier otra fruta, y por supuesto, dejadme que dude de su salubridad. Y es que desde que soy madre he podido observar que vivimos en un mundo intoxicado por el azúcar y la alimentación artifical, y eso, me da verdadero miedo.
No soy perfecta y a Rubén intento inculcarle valores nutricionales saludables, para que el día de mañan sea consciente de los alimentos que va a elegir comer, pero no os voy a dar una clase de nutrición, no es mi campo, os voy a hablar de la alimentación de Rubén.
Rubén nunca ha seguido horarios estrictos con la comida, así que no esperéis que os diga que la larga e interminable lista de alimentos a introducir según el tiempo de vida la había cumplido. Las únicas restricciones alimentarias que ha tenido Rubén han sido con el huevo y el pescado (que lo introdujimos a partir de los 8 meses), los derivados lácteos (que no la leche) que empezó a tomarlos a partir de los 10 y ya desde el año mantiene una dieta variada en la que hemos introducido todo tipo de alimentos, exceptuando los frutos secos enteros por el riesgo de atragantamiento que conllevan antes de los 6 años.
Es importante tener en cuenta cuando introducimos alimentación, que las mamás españolas somos muy estrictas con los meses, y si por ejemplo, nos dicen que el huevo hay que introducirlo a partir de los 8 meses, nos solemos esperar al día justo en que el bebé cumple 8 meses para darle ese alimento, ni uno antes, ni después. En este tema creo que es importante que nos relajemos y entendamos que por unos días de diferencia nuestro bebé no se va a morir, el cuerpo sigue siendo el mismo.
Ya sabéis cómo he ido introduciendo los alimentos de Rubén, y la forma, en la mayoría de las ocasiones hasta que empezó a tomar hábitos de comidas, fue de forma entera, rara vez le he dado comida triturada, no porque le tenga manía, simplemente porque no le gusta la textura y prefiere comer los alimentos enteros.
¿Con esto qué mensaje os quiero mandar? Primero que debemos informarnos bien sobre el tipo de alimentación que recibimos en casa, no por dar al bebé una buena alimentación (que también) sino porque considero que unos buenos hábitos alimenticios para toda la familia son una buena base para la educación nutricional de ese bebé. Segundo, que escuchemos a nuestro bebé y respetemos sus tiempos, hay bebés que comen antes y otros que después, no tienen por qué empezar a comer como limas el mismo día que cumple 6 meses, y si veis que lo pasa mal con las comidas y que vosotras termináis bañadas en papilla y de los nervios, dejad de escuchar al pediatra y escuchaos a vosotras, hay más métodos de alimentación. Y por último, que tenemos una cultura de introducción de alimentos que ya se ha quedado anticuada, y son muchas las opciones de las que disponemos para hacer que las comidas sean divertidas.
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