La primera vez que escuché esa frase fue hace cuatro años. Una antigua amiga hacía tres semanas que construía su nueva vida de recién estrenada mamá y aunque yo no quería por lo apresurado de su reciente maternidad (quienes me conocéis sabéis que respeto mucho esos "primeros tiempos") , me pidió que fuese a verla y a conocer al bebé.
Recuerdo que estábamos en el salón y el bebé empezó a llorar, me contó que tenía gases porque se lo habían dicho en urgencias y que desde la noche anterior no paraba de llorar y no conseguía ponerlo al pecho. Me dio a su hijo para ella poder ducharse y despejarse un poco, cuando salió del baño el pequeño dormía en mi pecho. Ella se relajó un poco y empezamos a hablar de su "nueva normalidad" y fue cuando ocurrió; "la gente me dice que las madres tenemos un instinto y sabemos qué les pasa a nuestros bebés cuando lloran, yo tuve a "El señor bebé" hace tres semanas y no tengo ese instinto de madre, no me sale, no sirvo para ser madre"; recuerdo ese momento como si fuese hoy mismo.
Hace unos días, una ex compañera de trabajo, con una maternidad un poco más estrenada que la chica anterior me volvió a decir exactamente la misma frase "no sirvo para ser madre". Las circunstancias no eran las mismas, pero en cambio, me di cuenta que por lo menos todas las mamás que conozco y que han tenido confianza conmigo, coinciden en ese pensamiento.
Yo también. Confieso que no sirvo para ser madre, que se me da mejor cuidar de niños ajenos que del mío propio; que la paciencia que me caracteriza se ha ido para no volver... Rubén tiene 2 años, es un niño normal, con sus cosas de niño normal de 2 años. Rubén, es intenso por naturaleza, vive la vida a tope y eso, a mí me cansa mucho; me cansa porque yo no quiero ser solo madre, quiero ser más cosas, y siento que el tiempo se me va, y me siento culpable...
Me siento culpable porque quiero dedicar tiempo a otras cosas, y eso no lo hacen las madres, por eso no sirvo para ser madre. No sirvo para ser madre porque todas las mañanas me levanto prometiéndome que hoy voy a gritar menos que el día anterior y acabo la noche fustigándome porque al final del día no aguanté más y tuve que alzar la voz porque después de decirle 70 veces que "no hiciera eso" lo terminó haciendo. No sirvo para ser madre porque quiero una casa un poco más ordenada de lo que está, y un poco más limpia también, porque quiero lavarme el pelo sin tener que salir 20 veces de la ducha para "ver lo que está haciendo"; porque no tengo la paciencia necesaria para entender que si quiero salir de casa a las 11 voy a salir a las 3 de la tarde porque ahora tardo el triple en arreglarme... En definitiva, no sirvo para ser madre. Y eso me frustra, y eso me duele, porque Rubén no se merece eso.
Todas las noches me acuesto pensando que se merece una mamá mejor, una mamá que le dedique las 24 horas del día, una mamá que valore la posibilidad de estar con él todo ese rato, una mamá que no viva esperando la hora de dormir porque quiere sentirse realizada en otros ámbitos de su vida, porque no solo quiere ser madre. Porque me siento egoísta de luchar por un futuro que no se cierre solo a "ser madre"; porque ni siquiera sé si quiero volver a serlo; porque soy realista con la maternidad y creo que no es tan bonita como nos la venden.
El caso, es que después de pensar todo eso que os acabo de soltar, a las chicas que os mencionaba antes y que (en el caso de la primera) sin ser madre logré entenderla perfectamente; les digo que son las mejores madres que sus hijos pueden tener, que lo están haciendo genial. Y luego, en mi fuero interno, pienso que si ellas se sienten igual que yo, ¿por qué yo pienso que las demás lo hacen genial y que es completamente normal y humano sentirse así; y sin embargo, yo me siento la peor persona del mundo por sentir que no estoy a la altura de la maternidad? ¡Qué complejos son los sentimientos humanos!
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