Siempre os digo que la información es poder y referente al que creo que es uno de los trabajos más importantes de nuestra vida, es vital que estemos bien informadas y por lo que ya os he contado en la maternidad esta información tenemos que buscarla nosotras.
Hoy hablamos de partos, de mi parto, de las horas previas a la cesárea y respondo a las preguntas que más os inquietan. En el vídeo encontraréis el resumen de toda esta parrafada, y la historia completa sobre cómo viví mi proceso de parto por cesárea la tenéis en el apartado “Mi maternidad y yo ·Que viene·”.
En el vídeo os hablo de diferentes tipos de partos, es cierto que a veces desconocemos los tecnicismos médicos para referirnos a uno u otro; y también es cierto que en el amplio mundo del embarazo y la maternidad, raras veces se nos informa de manera adecuada sobre cómo ha sido nuestro parto. Por eso aquí os aclaro esa idea:
· Un parto natural es aquél que se desarrolla de forma natural, un proceso completamente biológico en el que no hay ningún tipo de intervención médica, siendo nuestro cuerpo el que nos guía en todo momento.
· Un parto vaginal es aquel en el que el bebé sale por la vagina independientemente de que haya habido o no intervención médica.
· Una cesárea es ese procedimiento quirúrgico por el cual se accede al bebé cuando éste no puede salir por vía vaginal, ya sea por situación de emergencia o por deseo de la mamá.
· Parto con instrumentación es aquél en el que se utiliza una instrumentación adecuada específica, para ayudar al bebé a salir.
Me parece súper importante conocer esta información ya que nos va a ayudar luego a expresar qué tipo de parto hemos tenido nosotras, y sobre todo, entender que estas situaciones se pueden combinar durante el desarrollo de nuestro parto y gestionar nuestras emociones referente al proceso.
Otra diferenciación que considero importante es saber distinguir entre bolsa rota o fisurada. En mi caso ya sabéis que fue fisurada pero nunca ningún sanitario me explicó la diferencia. Una fisura es una rotura pequeña de la bolsa amniótica de forma prematura. Se diferencia porque la cantidad de líquido que sale es escasa pero continua, incluso cuando la madre se mueve o cambia de postura. Mientras que la rotura de la bolsa es lo que se conoce como “romper aguas”. Para que podamos diferenciar si perdemos líquido amniótico, es recomendable el uso de unas compresas reactivas (las cuales yo desconocía en su momento) que cambian de color en contacto con el líquido, por lo que así nos será más fácil diferenciar el flujo vaginal o los escapes de orina de la pérdida de líquido amniótico.
Sin duda, lo que más nos preocupa a todas una vez estamos embarazadas (o incluso sin estarlo) es el momento del parto, nos da auténtico pavor solo de imaginar el dolor inhumano que vamos a sentir en ese momento, pavor que solo se suaviza cuando se nos viene a la mente la palabra EPIDURAL.
Creo firmemente que no hay que tener miedo al parto ni al dolor que este pueda ocasionar, debemos tener en cuenta que el dolor es algo muy subjetivo y cada una sentimos diferente, como todo. Creo que algo tan bonito como es conocer por fin a tu bebé (independientemente de la forma en la que se haga) no se nos puede agriar porque nos va a dar miedo. Entiendo el miedo, porque cuando somos primerizas, no sabemos a qué nos vamos a enfrentar, porque pensamos que puede ir algo mal o mil cosas más, pero no entiendo que imaginemos esa situación con miedo al dolor.
El momento del parto es algo maravilloso, único e irrepetible, que cada mujer vive de una forma tan única y tan diferente que nunca escucharás dos historias iguales, y eso es precioso.
No importa lo doloroso que fuese el de la vecina y lo genial que fuese el de tu prima de Albacete; no importa si fue provocado, natural o por cesárea; da igual si es necesaria la administración de epidural o no, si estabas de 37 semanas o de 42; si fue un embarazo instrumental, no importa, siempre os he dicho que el parto no es una competencia, es un milagro maravilloso que la naturaleza nos regala única y exclusivamente por el hecho de ser mujer; por este motivo creo que debemos vivirlo de forma respetada, humanizada y natural, sin competencias y hablando y expresando claramente cómo lo sentimos. Considero que al parto debemos ir con una mentalidad abierta y receptiva y con la suficiente información para saber cómo nos vamos a sentir más cómodas en el desarrollo de los acontecimientos.
Referente a la epidural mi opinión es clara: no hay que ir con ideas predeterminadas; ni con un sí o un no rotundo. La epidural no es ni buena ni mala, es una opción más para sentirnos más cómodas en caso de necesitarlo, el momento de pedirla te lo indicará el personal sanitario, aún así ya sabeis que creo firmemente que la mejor opción es llevar un plan de parto establecido que podremos modificar según las necesidades del momento. Creo que somos más fuertes de lo que creemos y que a veces las mayores limitaciones nos las fijamos nosotras mismas, y en lo que a epidural se refiere a veces ponemos todas nuestras expectativas en un elemento del proceso de parto que puede que al final no necesitemos.
¿Y qué pasa si tu parto termina en cesárea? Pues que va a ser un parto tan genial y maravilloso como si hubiese sido natural o vaginal. A veces el cuerpo no es capaz de realizar su función y esa sensación de fracaso o “autotraición” es completamente sana y normal, yo misma me sentí fracasada como mujer en ese momento. Pero crear vida es algo maravilloso para dejarse influir por pensamientos tan tristes y negativos. Aún así es importante ser consciente de que una cesárea es una intervención quirúrgica importante, pero de eso hablaremos en el próximo vídeo.
Independientemente del tipo de parto que tengas, creo que es importante tener cerca a gente que de verdad te escuche y te respete, personas que no se asusten si en un momento de negatividad o tristeza necesitas expresar lo mal que te ha sentado ser madre.
A veces nos vetan, porque expresar los sentimientos “no tan buenos” está mal visto por la sociedad, y eso no nos hace ningún bien, por eso reitero firmemente mi postura a expresarnos tal cual nos sentimos, con personas de confianza, que de verdad quieran escucharnos y nos den el apoyo que necesitamos en esos momentos. No os avergoncéis nunca de sentir cosas políticamente incorrectas, pues es lo maravilloso de estar vivos, que sentimos. Reconocer nuestras emociones nos conduce a conocernos mejor y tener ideas más claras sobre nosotras mismas.
Y para terminar, quiero hablar de los partos no respetados. En mi caso, se me realizaron más tactos de los necesarios, sin justificación, sin mi consentimiento y muy poco humanizados. Tenéis que saber que no os pueden realizar ningún tipo de intervención sin vuestro consentimiento, como tampoco os pueden persuadir/disuadir de vuestros ideales por comodidad del personal sanitario. Vuestras ideas claras referente al desarrollo de vuestro parto, siempre y cuando sea normal y sin riesgos, tienen que ser respetadas en todo momento por el personal sanitario, y si os van a hacer algo que esté en contra de vuestros deseos, os deben explicar el motivo y el fin de esa nueva intervención. Asimismo, tú también puedes cambiar de opinión en el transcurso del parto y modificar tus preferencias iniciales si así lo consideras.
A continuación y como broche final, os dejo algunos enlaces que creo que proporcionan una información real y que, sin duda, os van a servir de ayuda:
Espero que os haya gustado y si es así no olvidéis darle mucho amor a este post.
Lindo día.
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