*Escrito el 16 de Mayo de 2020*
Ayer fue el día de la familia y yo necesitaba reflexionar largo y tendido sobre ésta palabra antes de empezar a escribir, por eso lo hago hoy...
Hace mucho tiempo que me pregunto qué significa en realidad la palabra familia, pues normalmente la asociamos a la gente que tiene nuestra sangre: papá, mamá, hermanos, abuelos... Incluso llegamos a decir que "a la familia se le perdona todo" y cosas así.
Durante toda mi vida, me han inculcado que la familia es lo primero, que los de tu sangre tienen que estar antes que nadie, en definitiva y rememorando las palabras de la peli el padrino"La famiglia è la famiglia". Con el tiempo he aprendido que en la familia no vale todo y que mi percepción de familia es otra cosa. Digamos, que si lo miro con restrospectiva, sí, la familia constituía una mafia, una unión de sangre de la que, como cual secta, no puedes escapar así porque sí y su legado te perseguirá toda la vida. Muy peliculero, pero muy real en mi vida, y como en la mejor de las películas, en esta familia de la que os hablo, también había traiciones, mentiras, secretos ocultos, en fin, el argumento perfecto para triunfar en Hollywood.
Desde que tengo memoria, cuando he pensado en la palabra familia me venía la cabeza un remanso de felicidad, un paraíso de ensueño donde todo huele a nubes y los unicornios vomitan arcoiris, me costó mucho abrir los ojos y volver a la realidad, donde la familia era, como ya os he dicho antes, otra cosa.
Por eso, hoy os hablo del día de la familia, porque al fin conseguí dar a la palabra familia el escenario perfecto y porque al final, cual persona persistente que soy, he conseguido mi remanso de felicidad, pues hay veces que los sueños se cumplen.
Mi palabra familia la he formado yo
Mi palabra familia la he formado yo, la defino yo y la vivo yo, mi palabra familia no tiene dos unicornios que vomitan arcoiris pero sí dos perros enormes que me regalan lametones a diario. Mi palabra familia tiene un trozo de amor inmenso personificado en forma de padre de dragones, a mi palabra familia se ha sumado recientemente un bebé inquieto y revoltoso que hace que nuestro hogar se llene de más risas todavía, tanto, que tenemos que tener siempre la puerta abierta porque tanta felicidad no cabe dentro de casa. Mi palabra familia consiste en un hogar donde nos sentimos seguros, en sueños y proyectos que vamos cumpliendo juntos. Mi palabra familia se define un estar unidos, en formar el mejor de los equipos. Pero mi palabra familia también se puede complementar; mi palabra familia se complementa con la mejor de las hermanas que la vida me ha podido regalar, se complementa, además, con esos amigos que te ponen contento el corazón y que son droga convertida en ganas de verlos; esas personas con las que te olvidas de que el tiempo pasa, que te hacen reir y que aunque veas una vez al año, para ti es suficiente.
Para mí, todo eso forma la palabra familia, la familia real, la que se elige, y por eso quiero escribir por el día de la familia, porque la familia, cuando es familia de verdad, de la que se siente, es importante recordarla. Yo me siento muy afortunada de la familia que he elegido, de haber construido esta palabra con personas que me quieren y me aceptan a mí y a todos mis demonios; por vivir rodeada de esa gente que te alegra el alma, que te enseña, que aprende de ti.
Hoy, escribo por el día de las familias para mostrar otro concepto de ésta, para mostrar, que hay muchos tipos de familias que no se definen, para enseñar que todo lo que defináis como familia es válido si el ingrediente base es la felicidad y el amor. Tener algo que definais familia, es una de las mayores fortunas de la vida, así que disfrutadla.
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