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Jess Martín

Adios Julio, Adios...

Julio 2020 ha sido un mes raro, supongo que como todos desde que coronavirus nos gobierna, pero para mí, ha sido especialmente raro y especialmente revelador.



Como todos los años, Julio empieza con una celebración, más o menos compartida, pero una celebración, la de mi cumpleaños. Sobre mi cumpleaños diré, que llevo 30 años de mi vida pidiendo una fiesta sorpresa que siempre que se ha intentado nunca ha cumplido mis expectativas (mayormente porque nunca es sorpresa), y este año, el único año en la vida que no quería celebrar absolutamente nada, he tenido fiesta sorpresa, supongo que la suma de cumplir 30 y la disposición de no esperar (porque no la quería) una celebración obraron el milagrito.


Como siempre, Julio es ardiente y sudoroso, lo que se compensa con la piscina y alguna que otra cerveza al caer la tarde, ¡o la mañana! aquí, lo importante es la suma de piscina + cerveza. Pero este año, Julio, además, ha sido agridulce, más agrio que dulce he de reconocer...


Me está costando nadar contracorriente más que de costumbre, supongo que los "achaques" de la edad, hacen que me canse antes y mi aguante no sea tan bueno como el de mi vida hasta ahora conocida, en mi defensa diré, que ahora la corriente es más fuerte y eso, también dificulta el nado. En este caso fluir con ella no es una opción, pues eso solo me llevaría a una muerte segura y dolorosa, y yo no necesito (quiero) eso, no puedo permitir que la corriente me atrape, aunque sí me agota. Con esto, Julio se lo ha puesto muy difícil al resto de los meses para ser marcados en el calendario 2020, pues ni siquiera Marzo y su coronavirus lo han logrado superar.


Julio se ha ido dejándome en el infierno, con el mismo sudor con el que llegó, pero esta vez la piscina y las cervezas no son suficientes para distraer mi mente, para recuperar fuerzas, para afrontar la corriente. Julio, me ha entregado a un agosto a 40º con un montón de dudas, miedos, decepciones e impotencia. Así ha sido Julio, ese amor de verano que finaliza antes de tiempo, porque al final la chica guapa y despampanante vuelve de la ciudad, y ya no hay tiempo para atender a las que llevamos aquí toda la vida... Así ha sido Julio, la aventura pasajera que ha originado una decepción permanente...


Así, que sin más, adios Julio, adios...

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