Sí, perdóname señor porque he pecado...
Y es que a veces pasa. Pasa que no me quedan fuerzas para afrontar la vida, que solo busco un rincón oscuro donde hacerme rosca y dormir, dormir mucho, dormir hasta que todo haya pasado. Es otra de mis versiones, no la peor, pero sí la más difícil.
Cuando esta versión complicada me invade, no solo afecta a mi vida personal, también afecta a mi vida estudiantil, en este caso, opositoril. Es la primera vez que dejo de estudiar "porque no tengo fuerzas" desde que empecé las opos. Pero ¡oye! Que no pasa nada.
El parón no ha tenido nada que ver con las oposiciones, de hecho, estoy (estaba) bastante motivada con la nueva convocatoria; no hay explicación lógica y racional para estar una semana sin tocar un solo apunte, bueno sí, simplemente no podía.
Con esto, quiero que veais que la opositora perfecta no existe, que a veces nos bloqueamos y no necesariamente tiene que ver con lo que estudiamos. A veces es bueno soltar, hacer una pausa; sin culpas, sin reproches y sin miedos, porque respirar es necesario y vital para seguir viviendo, y porque en el fondo, tenemos que estar en equilibrio en todas nuestras versiones.
No estoy al 100% pero la vuelta es obligada, han salido las listas provisionales del municipio al que me presento, lo que significa (y espero no equivocarme) que pronto saldrá la fecha de examen y aún hay mucho que perfilar, mucho que preparar y todo por repasar.
Querido opo-blog, no sé qué rumbo tomará mi vida, y me da miedo esta necesidad de hacerme rosca que no se va, me da miedo las decisiones que bajo esta influencia pueda llegar a tomar, o a no tomar, en definitiva, querido opo-blog, últimamente no me entiendo ni yo.
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