Desde mi última publicación ha pasado mucho tiempo, tiempo necesario.
El 2024 no me lo ha puesto fácil en ninguno de los ámbitos de mi vida, pero aquí estoy, escribiendo desde el agujero más profundo de mi ser, porque la realidad es que el tiempo pasa y la vida sigue y hay que espabilar, aunque sea hundida.
Las opos este año han sido un auténtico caos, sin embargo, algunos días sentarse a estudiar ha sido necesario, pues como sabéis, estudiar es mi vía de escape del mundo real, así que no he abandonado las oposiciones pero sí un poco el opozulo, al que mañana pienso dar un repaso para dejarlo listo y preparado y así volver a darlo todo.
Para tener el estudio como una obligación, me he apuntado a una nueva convocatoria que sacó el Ayuntamiento de Málaga, lejos de conseguir plaza, mi meta es un poco más humilde: conseguir llegar al examen con la mayoría del temario aprendido.
Difícil, sí, pero no imposible. Para este nuevo propósito del año que termina, me he planificado estudiando dos temas por semana, y los domingos me pasaré por aquí para contar cómo ha ido por si a alguien le interesa.
La realidad es que esta ínfima tontería es lo único que me mantiene ahora mismo con un poquito de fuerzas para hacer algo que no sea limitarme a sobrevivir un día más. Es jodido esto de derrumbarse.
El plan para la semana que entra es sencillo: Terminar los temas de los poderes del Estado, ya tengo el legislativo completo y me faltaría por terminar algunos detalles del ejecutivo y organizar el judicial de cara al examen; si cumplo todo esto al final de la semana solo quedaría repasar todo lo que llevo ya preparado y hacer algunos test.
Como esto es una introducción a mi nueva opovida, la publicación de hoy se queda escueta, pero prometo mejorar la próxima semana.
Sed felices.
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